En Bélgica, la mutualidad socialista Solidaris, miembro de la Red Educación y Solidaridad, ha puesto en marcha una campaña internacional de promoción de la protección social para todos y todas, en colaboración con otras organizaciones miembros del CNCD – 11.11.11 (sindicatos, mutuas y ONG). La campaña se llevará a cabo a lo largo de un período dos años, en 2015 y 2016.
La protección social es un derecho. Sin embargo, en la práctica, tres cuartas partes de la población mundial no se benefician de un sistema adecuado de protección social. Enfermar y no poder comprarse los medicamentos necesarios; trabajar pero seguir siendo pobre; encontrarse sin empleo y no tener ninguna fuente de ingresos; trabajar durante toda la vida y no recibir una pensión… Esa es la realidad para más de 5000 millones de personas.
La protección social es un mecanismo accesible a todos los países que permite luchar eficazmente contra las desigualdades sociales y constituye un potente instrumento de desarrollo. La campaña “Protección social para todos” defiende la aplicación de cuatro reivindicaciones políticas:
1. La protección social es un derecho humano que debe inscribirse en las leyes de cada país.
Muchos países han adoptado los convenios internacionales relativos a la protección social, pero la aplicación íntegra de todos estos principios en todos los países dista mucho de ser una realidad. Bélgica debe abogar, siempre que pueda, por una aplicación real de la protección social para todos. La protección social universal también debe incluirse explícitamente en los objetivos mundiales para el desarrollo sostenible y en los objetivos de la cooperación desarrollo.
2. La protección social puede financiarse, incluso en los países más pobres.
Nuestro gobierno debe hacer todo lo que esté en su mano para que los gobiernos del mundo entero asignen los recursos adecuados para disponer de unos sistemas de protección social consistentes. Esto implica ayudar a los países en desarrollo a recaudar impuestos de forma más eficaz, a construir unos sistemas de cotizaciones sociales adecuados, así como comprometerse seriamente a favor de la justicia social. Por último, los gobiernos tienen que tratar de establecer un sistema internacional para la financiación de la protección social.
3. Las organizaciones sociales deben participar en las decisiones políticas concernientes a la protección social.
Los movimientos sociales como los sindicatos y las mutualidades son los que en mejor situación están para conocer los problemas de las personas que no se benefician de una protección social. Cuando los gobiernos no cumplen con sus obligaciones, estos movimientos emprenden iniciativas y construyen por sí mismos otras formas de protección social, y los gobiernos deben por tanto integrarlas en sus políticas de protección social. Bélgica ha de brindar apoyo a estas organizaciones solicitándoles participar en la elaboración de programas de cooperación con los países en desarrollo.
4. Europa y Bélgica deben igualmente reforzar sus correspondientes sistemas de seguridad social.
Los responsables políticos belgas tienen que garantizar que las políticas aplicadas refuercen la protección social. Deben abogar activamente por un pacto europeo que armonice al alza los sistemas de protección social. Deben asimismo garantizar que los acuerdos internacionales de comercio e inversión, los tratados fiscales y los condicionamientos de las instituciones financieras internacionales no debiliten ni impidan el desarrollo de la protección social.
PARA MÁS INFORMACIÓN: http://protectionsociale.be