El virus COVID-19 se ha llevado muchas vidas en todos los países del mundo. Ha supuesto y supondrá una drástica recesión económica. De esta situación han surgido preguntas sobre el papel de la Unión Europea en el ámbito de la salud. Muchos países solicitaron un enfoque común europeo que incluyera suficientes suministros de equipos de protección personal, productos sanitarios, medicamentos fundamentales y vacunas. Otros indicaron la necesidad de pruebas de resistencia de los sistemas nacionales de salud con el fin de comprender mejor las deficiencias. Una estrategia integral europea más amplia es más eficaz que los intentos individuales de cada estado miembro de mejorar la preparación.
La recientemente publicada Comunicación de la Comisión Europea sobre medidas adicionales de respuesta al COVID 19 muestra que la Comisión Europea ha aceptado este reto. La organización marco internacional líder de fondos de seguros de enfermedad y mutualidades de salud (AIM) apoya una posible política de salud europea como esa y está dispuesta a reflexionar junto con la Comisión Europea sobre el camino a seguir. Se deberían tener en cuenta siempre los objetivos de desarrollo social y el Pilar europeo de derechos sociales siempre.
AIM ha elaborado algunas ideas que se deberían debatir y profundizar en los próximos meses para desarrollar soluciones para la UE y sus estados miembros sobre cómo enfrentarse a una crisis de este tipo en el futuro.
